19.8.10

La elegancia del Erizo. Viernes 20-08-10

Si queréis refrescaros con Cine de verano, os proponemos que vengáis a ver en la Tertulia la película francesa:


Basándose en el libro de Muriel Barbery, ‘La elegancia del erizo’, Mona Achache ha escrito y dirigido ‘El erizo’ (‘Le hérisson’), una película que llegará a nuestros cines el 11 de diciembre, aunque en Francia ya se lleve estrenada desde julio. Está interpretada por Josiane Balasko, Garance Le Guillermic y Togo Igawa.

Paloma Josse es una niña de once años, tremendamente inteligente, que se hace amiga de Renée Michel, la portera de su edificio, una mujer discreta y solitaria. Paloma ve a la portera, encarnada por Balasko, como un erizo por su aspecto arisco, pero por su armónico interior. El señor Kakuro Ozu, un atractivo japonés de cierta edad, acaba de mudarse al edificio. Él también será capaz de ver la belleza interior de la portera y le pedirá una cita, lo que dejará descolocada a Renée.

La joven pareja de James Ivory

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29.5.10

Capitáes do Abril. 28-05-10 "REVOLUCIÓN DE LOS CLAVELES"


"REVOLUCIÓN DE LOS CLAVELES"


Titulo original: Capitães de Abril. Producción: Filmart/Vence Vision (Portugal-Francia-España-Italia, 2000). Productor: Jacques Bidou. Directora: María de Madeiros. Guión: María de Madeiros y Eve Deboise. Fotografía: Michel Abramowicz. Música: A. Victorino d'Almeida. Decorados: Guy-Claude François y Agustí Camps. Montaje: Jacques Witta. Intérpretes: Stefano Accorsi (Maia), María de Madeiros (Antonia), Frédéric Pierrot (Manuel), Fele Martínez (Lobao), Joaquim de Almeida (Mayor Gervasio), Luis Miguel Cintra (Brigadier Pais), Manuel João Viera (Fonseca), Macantonio del Carlo (Silva), Emmanuel Salinger (Botelho), Rita Durao (Rosa), Manuel Manquilla (Gabriel), Manuel Lobao (Fernandes). Color - 121 min. Estreno en España: 27-IV-2001.

Prácticamente coincidiendo con el 27 aniversario de la caída de la dictadura portuguesa, con la célebre "revolución de los claveles", se ha estrenado el filme conmemorativo de la actriz y ahora también realizadora María de Madeiros: Capitães de Abril (2000).
De rostro expresivo y frágil, enigmático como una muñeca, la Madeiros (Lisboa, 1965) rodó este filme con motivo de las Bodas de Oro de la desaparición del régimen dictatorial más largo de la historia de Europa (1926-1974); pues el presidente Oliveira Salazar y su sucesor Marcelo Caetano superaron en un década al mismo Franco.


Portugal pasaba durante los primeros años setenta una grave crisis colonial. Su guerras en Angola y Mozambique provocaron el descontento de la población, que veía como sus jóvenes morían en un conflicto inútil. Los jefes militares eran diezmados en las colonias, mientras en la metrópoli los jóvenes del Ejército -la gran mayoría casados con mujeres de carrera universitaria- accedían a la Academia Militar de elite y aspiraban a aires democráticos. No tenían ambiciones políticas, sino sólo cambiar el país. De ahí que la revuelta saliera de los propios cuarteles, liderada precisamente por capitanes y algún mayor. Después, tras la intervención del general Spínola, éstos entregararían el poder al pueblo y los políticos también cometieron injusticias; como anuncia en el film el escéptico mayor Gervasio, que incorpora el familiar Joaquim de Almeida Pero eso ya es harina de otro costal.
Aquí, lo que cuenta María de Madeiros -basada en las memorias del capitán Salgueiro Maia (hoy fallecido), a quien pudo aún entrevistar junto a otros líderes del MFA (Movimiento de las Fuerzas Armadas)- es lo que pasó durante la noche del 24 al 25 de abril de 1974, cuando al son de la voz del poeta José Alfonso -con su prohibida canción "Grandola", que era la señal- salieron las tropas de los acuartelamientos para tomar los principales enclaves del Gobierno civil.


En Capitanes de abril, la acción se centra en las desventuras de dos jóvenes oficiales, Maia (creíble Stefano Accorsi) y Lobao (notable también el galán español Fele Martínez), así como del más veterano Manuel (Frédéric Pierrot), que está minado por el alcohol debido a sus remordimientos por la guerra colonial, y en su esposa, Antonia (María de Madeiros), periodista y profesora de Letras, comprometida con el movimento civil de resistencia clandestina y hermana de un ministro de la nación. Con todo, Antonia desprecia a su marido, sin saber que era uno de los "cabecillas" de la revolución -el responsable del asalto al Radio Club portugués, desde cuya antena se emitiría aquella canción-consigna-, y está prendada de un alumno, joven universitario que será torturado por el temible PADE. Esos valerosos capitanes partieron para Lisboa aquella histórica madrugada, los dos primeros desde el cuartel de Santarém y tomaron el cuartel del Largo do Carmo, rindiendo al Gabinete gubernamental, sin sangre y ante el clamor de la población.


Aun así, dejemos que sea la propia directora -sólo tenía nueve años cuando se dio tal hito histórico, pues su familia vivía exiliada en Viena- quien hable de su voluntad de expresión:

"Intenté ofrecer una panorámica lo más amplia posible, a pesar que hay tres personajes principales. Uno de los capitanes simboliza la luz del día, la acción a pleno sol; mientras el otro, el que ocupa el estudio de radio, representa el carácter más lunar, menos visible de la revolución. Mi personaje es un ejemplo de la resistencia civil que había en Portugal, un movimiento muy importante y con mucho coraje. Esta resistencia civil estaba en conflicto con las fuerzas armadas, porque condenaba la guerra colonial que estaba produciéndose en Angola y Mozambique y hacía a los soldados responsables por obedecer órdenes. Quería enseñar de dónde venían estos soldados, que la gente se imaginara las experiencias terribles que habían presenciado, el intenso sentimiento de culpa que tenían, y por qué hicieron lo que hicieron y cómo lo hicieron. La terrible violencia de aquella guerra llevó a una revolución sin violencia. Creo que los cambios más profundos se hacen sin armas, sin violencia". (Cfr. CESTER, X. "Entrevista a María de Madeiros", en Avui, 25-IV-2001).

Ciertamente, la llamada "revolución de los claveles" -los carros de combate llevaban un clavel en el cañón- es la última revolución romántica. Por eso, la película sabe a naïf, resulta un tanto blanda. Algunos críticos la han calificado de cándida; pero acaso es porque no conocen bien la Historia. La misma Madeiros respondería ante estas acusaciones:

"Algunas de las anécdotas que aparecen, como los militares que llaman a la puerta para pedir permiso para entrar en la emisora de radio o los tanques parados delante de un semáforo rojo, sucedieron realmente. Es una prueba de que los militares no sabían cómo comportarse fuera de los cuarteles. Otros elementos que hemos incluido han sido comprimidos a partir de lo que pasó en los días posteriores, como la liberación de los prisioneros políticos. (...) En todas las revoluciones, el período de libertad verdadera es efímero. Spínova fue el primero de querer aprovecharse de una revolución tan desisteresada, con unos capitanes sin ambición personal. Sin embargo, los otros sí que tenían, y se perdió la inocencia revolucionaria. El mismo Spínola intentó después dar diferentes golpes de Estado".

En Capitanes de abril se respira el clima festivo de aquella incruenta revolución democrática; es más, el sentido del humor embarga todo el relato. Por eso el filme ha sido bien acogido en distintos festivales de cine: desde Cannes 2000, donde se proyectó en la sección Un certain regard, hasta los premios obtenidos en São Paulo y Huelva, o los "Globos d'Ouro" a la Mejor película y Mejor actriz portuguesas. Y críticos tan exigentes como Mirito Torreiro se han pronunciado a favor de esta cinta. Tras sorprenderse por el tierno debut de María de Madeiros, añadiría:

"Es también una lección de humildad: dispuesta a homenajear a una revolución que sentó las bases para el reencuentro consigo misma de una sociedad paralizada por décadas de despotismo, Madeiros mezcla historia pública y vida privada para, a partir de ejemplos reales, recorrer a los sones de Grandola, vila morena el camino hacia un pasado que no vivió, pero que nos devuelve con una frescura cargada de inteligencia. (...) El elemento que más llama la atención en la película, junto al rigor con que maneja la directora el tempo de la narración y la compleja trama de los personajes que de ella se arrastran, es la forma tan elíptica de mostrar la violencia de esa noche liberadora". ("Épica sin nostalgia", en El País, 29-IV-2001).

Es obvio, por tanto, el sentido didáctico que posee la película, que podría proyectarse en las aulas para informar a las nuevas generaciones -y a las antiguas de allende las fronteras- de lo que fue y significó la "revolución de los claveles".
Finalmente, quisiera volver a otras declaraciones la Madeiros. Reproduciré aquí una clarificadora nota redactada por la propia actriz-directora, que asimismo resulta harto ilustrativa sobre su valía como teórica y autor fílmico:

"Siempre imaginé la Revolución Portuguesa como una película de aventuras. Habiendo consultado largamente a sus protagonistas, sé que ellos se vieron a sí mismos ese día un poco como héroes de Hollywood. El cine ha buscado con frecuencia sus temas en la historia. Los Capitanes de Abril habían sido marcados tan terriblemente por la guerra, que pensé que era el filme de guerra, el género que debía explotar, con una perspectiva necesariamente diferente, femenina. En una parte de la literatura y la cinematografía de guerra, el hombre, confrontado a la experiencia límite de la destrucción, revela lo que Edward Bond llama "la inocencia radical", algo así como el núcleo duro de la humanidad. En los Capitanes de Abril he encontrado ese contraste entre la familiaridad con la brutalidad de la muerte, y el deseo poignant de comprender esos actos, de subvertir la lógica de la obediencia ciega, de la ausencia de pensamiento. A medida que profundizaba en mi investigación, he descubierto con fascinación los detalles del extraordinario golpe de Estado que arrancó a Portugal de su largo sueño oscurantista y restauró la democracia. Los pilares del arcaísmo no pudieron ser derribados por varias generaciones de intelectuales brillantes que sufrieron a veces la censura y la opresión con un genio trágico muy lusitano. La decadente Brigada del Reumatismo que controlaba el país cayó porque una banda de guerreros, con el candor de los que acceden por primera vez a la verdad, se puso a pensar. Lo que ellos no se habían imaginado es que había que pensar en todo. Transformados en liberadores del pueblo, son reclamados por todos, consultados sobre todos los temas. Pero algunos se resisten, como Maia: "Estoy seguro al menos de una cosa, todo el mundo no sirve para todo. Yo reconozco mi incompetencia en materia política". Y llevados por su ideal, despreciaron el poder. En un mundo infectado por conflictos armados, dominado por luchas desenfrenadas por el poder, gangrenado por todo tipo de corrupción, la historia de estos soldados que han combatido por la paz, que se han enamorado de los conceptos de justicia, libertad y democracia, me parece que rebasó rápidamente -termina su discurso María de Madeiros- los límites nacionales. Es una historia (cuento) universal".


Capitães de Abril es la producción más cara del cine portugués: 800 millones de pesetas. De ahí que haya necesitado la colaboración de otros países europeos: Francia, Italia y España. La Madeiros ha dedicado diez años a la elaboración de su guión. Mientras, esta actriz cosmopolita ha trabajado en películas de Quentin Tarantino (Pulp Fiction, 1994), Teresa Villaverde (Tres hermanos, 1994), Joaquim Leitao (Adán y Eva, 1995), Juanma Bajo Ulloa (Airbag, 1996), Lucian Segura (Go for Gold, 1997), Juan Manuel Cotelo (El sudor de los ruiseñores, 1998), John Lvoff (Les infortunes de la beauté, 1999), entre otros muchos títulos; aparte de dirigir dos cortos y un mediometraje: Severine, Fragmento II, según la pieza de Samuel Beckett, y La muerte del príncipe, basado en una obra de Fernando Pessoa.
Éste es su primer largometraje comercial. Y esperamos que no sea el último; pues estamos ante una espléndida realizadora, la cual está lejos de ser una mera promesa.


16.5.10

Cine: Las Invasiones Bárbaras. Domingo 23 a las 19,30 h.


LAS INVASIONES BÁRBARAS
(Les invasions barbares)




Dirección y guión: Denys Arcand.
Países:
Canadá y Francia.
Año: 2003.
Duración: 99 min.
Interpretación: Rémy Girard (Rémy), Stéphane Rousseau (Sébastien), Marie-Josée Croze (Nathalie), Marina Hands (Gaëlle), Dorothée Berryman (Louise), Johanne Marie Tremblay (Constance), Yves Jacques (Claude), Pierre Curzi (Pierre), Louise Portal (Diane), Mitsou Gelinas (Ghislaine), .
Producción: Denise Robert y Daniel Louis.
Música: Pierre Aviat.
Fotografía:
Guy Dufaux.
Montaje: Isabelle Dedieu.
Dirección artística: François Séguin.
Vestuario: Denis Sperdouklis.
Estreno en España: 19 Diciembre 2003.

SINOPSIS

Rémy (Rémy Girard), divorciado, 50 años y pi-co, está hospitalizado. Louise (Dorothée Be-rryman), su ex mujer, llama a Sébastien (Sté-phane Rousseau), el hijo de ambos, que vive en Londres. Sébastien se lo piensa; hace tiempo que él y su padre no tienen nada de que hablar. Por fin deci-de volver a Montreal para ayudar a su madre y apoyar moralmente a su padre. Nada más llegar, Sébastien remueve cielo y tierra, ha-ce uso de sus contactos y sacude el sistema para hacer más lleva-dera la enfermedad de su padre. Se le ocurre volver a reunir a la alegre pandilla que marcó el pasado de Rémy: parientes, amigos y ex amantes. ¿Qué habrá sido de ellos en esta época de “invasio-nes bárbaras”? ¿Seguirán tan irreverentes, truculentos y buenos amigos como antaño? ¿Tendrán aún sueños llenos de humor, epi-cureísmo y deseo? En esta época de invasiones bárbaras,

4.2.10

31.1.10

Balzac y la joven costurera china. 30-01-10


Diapositiva 23
AÑO: 2002
DURACIÓN: 116 min.
PAÍS: China
DIRECTOR: DAI SIJIE
REPARTO: ZHOU SUN, CHEN KUN, LIU YE

Diapositiva 23
SINOPSIS: En la china comunista, durante los años de la revolución cultural de los setenta, un muchacho es enviado a un remoto campo de adoctrinamiento del régimen maoista, para ser educado por los campesinos locales en las ideas del régimen. Allí conocerá la literatura prohibida de occidente, la amistad verdadera y el amor de la bella hija mayor del sastre del pueblo